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¡Hasta el último soldado!


Lenin Torres Antonio

Trascurre la vida humana entre sombras, trivialidades, egos, violencia, engaños, contradicciones, etc., Argentina celebra el triunfo en la Copa América con un presidente subido en un tanque, que hace poco lo vimos besar la mano del diablo, perdón, del Papa de Roma, llorar tiernamente en el muro de las lamentaciones, de igual manera, los medios de comunicación transmitieron en vivo la Eurocopa 2024, en la que salió vencedora la España del joven español de descendencia marroquí Lamal, una Europa sin orgulloso que es liderada por los EEUU e Inglaterra, y que ha hecho suya la guerra en Ucrania, a tal grado, que está dispuesta a dar la vida de sus hombres y mujeres con tal debilitar al Oso ruso eslavo que le respira en la nuca con su sofisticado armamento, como telón de fondo, así mismo, Netanyahu celebra la muerte (asesinato) del hombre de confianza del segundo en el mando de Hamas, aunque para ello, haya acabado con la vida de 75 palestinos que se suma a los más de 50,000 palestinos muertos en el genocidio perpetrado por el Hitler Judío, más del 50% niños, cifra que empequeñece con los 2600 judíos muertos por la estúpida incursión de Hamas a territorio sionista, aunque acostumbrados a la paranoia de tener armas para “defendernos”, no nos deja de sorprender como un estado como Rumanía gasta 1,000 millones de euros en la adquisición de obuses autopropulsados de coreanos K9, como si no hubiera otras necesidades más urgentes que atender del pueblo rumano, y para “echar más leña al fuego”, los EEUU se compromete por primera vez a responder con su arsenal nuclear a un ataque de Corea del Norte, y para “cerrar con broche de oro”, nos despertamos hace un par de días con la noticia del atentado de asesinato que sufrió el precandidato republicano Donal Trump, que engallado y con sangre corriéndole por su oreja grita, ¡USA!

Así podríamos comentar una y otra noticia contradictoria, estúpida, irracional de los seres vivos llamados humanos, que habitamos este planeta llamado Tierra, su narcisismo, su peligrosidad así sí mismo, su miedo a la muerte, virus mortal que se alimenta de ficciones que los hace que sean reales y conduzcan sus vidas, en estos momentos, y con la esperanza de recuperar cierta grandeza todo queda en expresiones voluntaristas, ¡hay que sacar el fuaaaa!, ¡ser echados para delante!, exhibir músculo para parecer más grande y temido, los modales se perdieron, ahora descarados dejaron a un lado los preceptos civilizados, los “buenos modales que son importantes para robar”, transcribiendo la letra de la canción del poeta Joaquín Sabina, ¡Al ladrón al ladrón! Ahora se reúne el otrora grupo hegemónico con más frecuencia, liderado por los EEUU e Inglaterra, y arrastran entre sus patas a la desvalida y ex romántica Europa, la ex ilustrada, que no le queda más que a todo decir que sí, e incluso compartir la paranoia del “coco ruso” que espanta los sueños de los europeos y que hay que parar en seco su atrevimiento, y de reojo ver que la Rusia de Putin no está sola, la gente de ojos rasgados que parecen hormigas, trabajando y trabajando, y que según se avizora pronto controlarán más de dos tercera parte de la economía mundial, y que no está dispuesta a espantarse con las bravuconadas al estilo de los films del Oeste de los EEUU.

Creíamos que era necesaria una narrativa para controlar el mundo, que por mucho tiempo fue así, la ilustración, la democracia, el estado de derecho, la racionalidad, la libertad, la igualdad, y todas esas patrañas que a cada rato se las pasan por “el arco del triunfo”, los que no han trabajado en el estricto sentido, y sólo han vivido de los demás, principalmente, Inglaterra y los EEUU, especulando la economía con sus mismos parámetros conceptuales y virtuales, que lo único que terminaron por producir es entretenimiento, y la industria de las armas para matar seres humanos, por eso están dispuestos a sacrificar hasta el último ucraniano en edad de tomar las armas y vender o cuando menos intentar hacerlo, que en Ucrania se juega el destino del estado ilustrados y democrático, y no es una lucha meta estructural por el control del mundo, y, mantener el statu quo con los ingleses y judíos en lo alto de la cadena evolutiva humana.

Para los griegos las leyes humanas eran verdaderas y reales como las leyes de naturaleza, no había tal diferencia, por eso, los asuntos de la ciudad era responsabilidad de todos, la positivización de las leyes humanas (el nomo) trajo su relativización, así que hoy, nos volvemos unos dogmático defensores del derecho internacional, y al otro día, comemos sin que nos perturbe el genocidio judío o la escalada de la guerra de Ucrania entre la OTAN y Rusia, y que Ucrania realmente esté poniendo el terreno y los muertos, su tierra donde se libra la madre de todas la guerras, así vemos que, la Guerra (Polemos) es la madre de todos “a los unos los designa como dioses, a los otros, como hombres; a los unos los hace esclavos, a los otros, libres” (1).

Trágica condena, asemejando a Prometeo y Sísifo, la vida humana nunca se baña en las mismas aguas de sus redes de significantes, pues, la segunda vez que lo hacen, el hombre ya no es el mismo, continúan la misma narrativa que no estamos dispuesto a verla morir, y no porque tengamos la fe total a ella, sino porque no hay otra, la muerte es el único refugio de nuestra eterna completud de cosas inexistentes.

La vetusta clase política dominante mundial, sólo ellos pueden ejercer la reelección, los otros, los inferiores no están preparados para la eternidad, esa clase vetusta no está dispuesta a morir ni a dejarse relevar, ni por sus congéneres consanguíneos, el eterno joven Trump, antes el junior millonario que no salía de las vegas, ahora el apostata que puede arruinarle el jugoso negocio de la guerra lo quieren sacar del mapa, pues ya amenazó con parar las maletas millonarias que se llevan a Ucrania el comediante venido a estadista, Volodymyr Zelenskyy, quien vive su última actuación entre montañas de cadáveres, algunos ni siquiera llegaron al frente, pues un dron ruso con cargas explosivas les reventó en la retaguardia el estómago. Pero sin vergüenza de ser confundido con Putin por Bidin, acepta su último protagónico que lo eternizará en el 7°, en el film “¡Hasta el último soldado!”.

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